Ya con el traje de neopreno, el chaleco salvavidas y el bañador puesto, los monitores nos realizaron una breve clase de piragüismo. Cómo sujetar el remo, indicaciones para girar hacia ambos lados, frenado de emergencia etc.
Tras 5 minutos de instrucciones, nos sentíamos preparados para iniciar la aventura.
Los primeros metros resultaron más complejos de lo esperado y todo parecía presagiar que el reto de realizar los 7km remando se haría demasiado complejo pero con el paso de los minutos y con mucho esfuerzo y ánimo conseguimos superar todas las dificultades.
En la meta todos lo celebramos con un buen baño y un bollo “preñau” para reponer fuerzas.
Sin duda, una experiencia que sigue haciendo familia, que nos sigue ayudando a hacer Pastoral y que nos recuerda que Somos la Salle en cada cosa cotidiana que imaginamos cada día.
Gracias a todos y hasta la próxima.
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