El viernes 25 nuestro grupo de 3º de la ESO
pasó un estupendo día en convivencia y además tuvo la suerte de recibir
una auténtica clase de interpretación del entorno en el Valle de Iguña.
A las 9 de la mañana nos encontrábamos ya en la estación esperando al tren de cercanías camino a Pujayo. A 5 grados y en el mismo apeadero del tren nos esperaban con una sonrisa y un apretón de manos Luis y David, guías magníficos del Parque Nacional Saja Besaya,
dispuestos a darnos un paseo por la zona y a desvelarnos un buen puñado
de secretos. Y a lo lejos, los buitres leonados, indiferentes a nuestra
llegada, no quitaban ojo al ternerín, nacido apenas unas horas antes.
Cruzamos
el pueblo asombrados por su reservado encanto y un ritmo totalmente
ajeno al nuestro. Nos topamos pronto con el bosque de ribera, el haya,
el roble, el acebo y el abedul. Los pajarillos serenaban nuestra mañana.
Aprendimos normas y lecciones de sostenibilidad, de la que no hablan
los libros de texto. La expedición se abría paso entre el manto de
colores. Nos sentimos, por un momento, insignificantes en el hayedo
señorial donde compartíamos viandas y carcajadas. Vimos el rastro del
jabalí y del ciervo. Saltamos arroyos de agua cristalina. Un paseo
delicioso sobre moqueta de hojas escarchadas digno de repetir.
Otra
valiosa y bonita experiencia entre todas esas que nos brinda el colegio,
especial por el enclave pero sobre todo por la compañía y las ganas de
pasarlo bien.
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