El pediatra y profesor de la UC Carlos Redondo exige a las instituciones un programa para atajar la «epidemia del siglo»
El principal problema de la obesidad es que la cultura popular, incluso
las autoridades gubernamentales y sanitarias, no lo contemplan con la
importancia que tiene», denuncia Carlos Redondo, el pediatra de Atención
Primaria y profesor del Departamento de Ciencias Médicas y Quirúrgicas
de la UC, autor del libro 'Estado nutricional de los niños y
adolescentes de Cantabria'.
La propia universidad ha editado el estudio que ha buscado los índices
de obesidad y sobrepeso en Cantabria para niños y adolescentes de entre 2
y 16 años, y los resultados son alarmantes. «Podríamos resumir que el
37% de los niños y el 34% de las niñas tienen gordura en esta región»,
resume Redondo. Y si el cálculo se realiza en adultos, probablemente los
tantos por ciento ascenderían mucho más: «Incluso hasta el 60% o el
70%».
Los cambios en los modos de vida, el sedentarismo, y la mayor
disponibilidad de alimentos, cada vez más calóricos y ricos en grasas,
desencadena la proliferación de una epidemia que afecta cada vez a más
países, «desarrollados y en vías de desarrollo. Pensemos que hace 30
años había en España un porcentaje de 4% de gordura, y ahora estamos
rondando ese 40%. Si seguimos así ya sabemos cómo va a acabar esto»,
razona el especialista, que alerta de las patologías derivadas de la
obesidad. «Hablamos de problemas de sueño, ronquidos, problemas
gastrointestinales, de hígado, de riñón. El aparato locomotor se ve
afectado. Hay problemas endocrinológicos como la diabetes. No se puede
olvidar todo el sistema cardiovascular y lo que más me preocupa, las
consecuencias sicológicas de todo esto», comenta el profesor sobre los
problemas que estos niños afrontan en el día a día de su vida, donde
muchas veces tienen que hacer frente a las burlas. «Y los últimos
estudios relacionan la obesidad con la proliferación del cáncer».
Más recursos
Por eso una de las conclusiones más importantes del libro refiere a la
necesidad de poner en marcha programas específicos para atajar esta
enfermedad. «Necesitamos recursos y más colaboración. No existen a día
de hoy unidades de obesidad pediátrica, no hay especialistas en este
ámbito, ni siquiera hay un programa en esta comunidad de ayuda al niño
gordito. Necesitamos reaccionar porque esta enfermedad se alarga durante
la vida y además deriva en un gasto sanitario ingente por las
consecuencias que trae.
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