Después de tanto tiempo esperando, el miércoles ¡por fin pudimos ir a
visitar el mercado semanal! Estábamos deseosos, y aunque empezamos
tapados con capuchas y paraguas, al poco tiempo paró de llover y
disfrutamos de todos los puestos que encontramos a nuestro paso.
Nos llamó mucho la atención cómo los montaban, dónde llevaban los hierros, la mercancía…
Era como unos grandes almacenes al aire libre, y en medio de la
carretera. ¡Vendían de todo! Había zapaterías, pescaderías, panaderías,
tiendas de alimentación, ropa, cosmética, bisutería, juguetería,… y
nosotros hasta compramos unas cartas muy especiales para jugar en clase y
acordarnos de esta visita.
Además, todos los tenderos han sido muy amables, contándonos cómo es
su trabajo, lo duro que es estar cada día en un sitio, montar y
desmontar los puestos, y que el día que llueve no pueden ir a trabajar y
no ganan dinero. ¡Es un trabajo muy complicado!
Después de recorrer el mercado, fue estupendo terminar la visita jugando un rato en el parque. ¡Qué bien nos lo pasamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario